Como sabemos, hace escasos días ha finalizado la cumbre COP27 que en esta ocasión ha tenido lugar en Egipto, Sharm el Sheij.
El resumen puede ser el de un avance histórico hacia la justicia climática, pero también el de un estancamiento en la lucha por la reducción de emisiones y el aumento máximo de las temperaturas de 1,5 grados.
Ahora es momento de sacar algunas conclusiones y analizar los aspectos positivos y/o negativos de la misma:
- Fondo de pérdidas y daños: desde hace años los países en vías de desarrollo quieren dar la vuelta a la negativa de los países industrializados de asumir el impacto de sus emisiones. El objetivo de alcanzar los cien mil millones de dólares al año de financiación por estos actos quedó aplazado al año 2023.
- Incremento de 1,5 grados: pasó a un segundo plano a pesar de ser uno de los objetivos determinantes en las anteriores cumbres. Parece que los países no lo establecen como prioritario, sí como objetivo, pero no como fundamental.
- Combustibles fósiles: el intento de reducción significativa del uso de combustibles fósiles no cuajó. Parece ser que existen demasiados intereses económicos en que esta iniciativa prospere.
- Dinero: la crisis energética ocasionada por la guerra de Ucrania está derivando en un proceso de inflación que a buen seguro frenará muchos planes ante el cambio climático por falta de recursos económicos.
- Bosques: tuvieron un papel determinante y se creó la Alianza de Líderes por los Bosques y el Clima, integrada por 114 países para frenar la deforestación antes de 2030.
El tiempo apremia y en muchos aspectos parece que no hay reacción.